8 consejos sobre cómo mejorar un curso virtual

8 consejos sobre cómo mejorar un curso virtual
Tabla de contenidos

Es común preguntarse cómo mejorar un curso virtual para maximizar el impacto del proceso de enseñanza-aprendizaje y ofrecer una experiencia más beneficiosa a los alumnos.

Sabemos que la formación online exige elevar la calidad constantemente, porque eso que nos funcionaba ayer con unos contenidos, alumnos y formas, hoy puede resultar poco competitivo y apetecible. De hecho, no solo los contenidos se vuelven obsoletos y hay que adaptar el aprendizaje-enseñanza a otros enfoques, sino que hay que incorporar tecnologías más efectivas.

Si bien el e-learning es tan flexible que nos permite enriquecer los cursos con gran rapidez, mejorar las clases en línea para sumar valor y confianza conlleva hacer cambios y la colaboración de todas las partes involucradas.

En este post, hablaremos de quiénes son los actores responsables y de cómo mejorar un curso virtual atendiendo a unas estrategias.

¡Sigue leyendo!

Cómo mejorar un curso virtual: las mejores estrategias

Cómo mejorar un curso virtual: las mejores estrategias

Para elevar la calidad de un curso e-learning de buena a excelente, nuestro objetivo principal debe enfocarse en lograr un aprendizaje significativo a largo plazo.

No obstante, así como mejorar un curso virtual supone saber qué experiencia de enseñanza queremos que reciban los alumnos y poner en práctica unas estrategias, también es fruto de un trabajo conjunto.

Actores clave para el éxito del curso online

Actores clave para el éxito del curso online

Los profesores, los diseñadores instruccionales y los encargados de la institución, entre otros, son algunos de los encargados de mejorar las clases en línea y la calidad de los cursos.

Docentes

¿Qué puede hacer el docente para mejorar la experiencia de la educación virtual?

Los profesores de e-learning cumplen la labor de instruir, guiar y motivar al alumno virtual. Para ello, deben conocer muy bien las características del grupo y ser capaces de orientar sus clases y contenidos debidamente.

En este sentido, han de esforzarse por integrar actividades y recursos atractivos y suficientes, y cerciorarse de que la información sea precisa, actual y relevante.

Y, claro está, tienen la tarea de conducir a los alumnos a través de la plataforma elearning, no únicamente atendiendo los conflictos que puedan tener con la navegación, sino motivando el feedback y la interactividad en los distintos canales.

Por otro lado, el profesor debe interesarse por todo cuanto sucede en el campus (comentarios, dudas, rendimiento del alumno, etc.) y sugerir mejoras durante el curso y tras él.

Diseñadores instruccionales

El equipo de Diseño Instruccional propone las acciones sobre cómo mejorar un curso virtual.

En concreto, se ocupa de decidir cómo presentar el contenido, asegurándose de que sea adecuado para el aprendizaje y formación específica y, por tanto, cumple con los objetivos establecidos.

Aparte de darle sentido y una estructura lógica a los contenidos, planifica la metodología y recursos a emplear para hacerlo más interactivo y estimulante. Por ejemplo, el uso de vídeos, infografías o tipología de actividades, entre otros.

Equipo de soporte técnico y e-learning

Por mucho que se domine la parte académica, un curso online implica controlar ‘al dedillo’ la plataforma de e-learning.

El equipo de soporte es quien debe garantizar el buen funcionamiento de la plataforma. Así, ha de resolver incidencias técnicas, dudas y hacer que todo marche correctamente.

Si tu proveedor ya ofrece ese servicio, no deberías tener problema, pues su equipo de soporte ya contará con habilidades técnicas sólidas y una comprensión profunda de las necesidades del e-learning en general y de tu curso virtual en particular.

En cualquier caso, sí que recomendamos como estrategia para la enseñanza en entornos virtuales que la plataforma de e-learning pueda utilizarse con facilidad y sin ningún conocimiento sobre e-learning o tecnología.

Expertos externos y consultores

Según sea el centro formativo, institución o empresa, puede resultar más rentable contratar a expertos externos o consultores especializados en e-learning.

Al no estar directamente involucrados en la creación y enseñanza, son capaces de identificar áreas de mejora no tan obvias para quienes están dentro del proyecto, e indicarnos qué hacer para llevar con éxito un curso.

Tampoco está de más acudir a consultores en tecnología educativa, entre otros motivos, para que nos ayuden a elegir la plataforma e-learning adecuada para nuestros cursos y otras herramientas que puedan ser provechosas.

Estudiantes

Cómo mejorar un curso virtual: los estudiantes

Al mismo tiempo, los comentarios y opiniones de los alumnos van a darnos mucha información sobre cómo mejorar el curso virtual.

Por esa razón, hay que solicitarles feedback y ver cómo perciben el contenido, obtener referencias sobre los profesores y observar el grado de satisfacción global con el curso.

Responsables de la institución/empresa

A grandes rasgos, podríamos decir que los responsables de la institución supervisan, evalúan y guían activamente las propuestas de mejora para constatar su calidad y pertinencia para el alumnado.

A la vez, prestan apoyo al equipo docente, señalando la dirección que debe tomarse para fortalecer el curso y poniendo en sus manos la tecnología, materiales y herramientas indispensables para mejorar sus prácticas.

Equipo de análisis de datos

El equipo de análisis se encarga de recopilar y estudiar los datos relacionados con el desempeño del curso.

Gracias a las herramientas de análisis son capaces de medir el progreso de los alumnos, identificar aspectos a mejorar y evaluar el impacto de las modificaciones realizadas.

8 estrategias para mejorar un curso online

8 estrategias para mejorar un curso online

Para crear el curso de los cursos, es importante no cometer los típicos errores que suelen repetirse. Es decir, no tener claro quién es el público, introducir contenidos extensos y poco dinámicos que aburren al máximo o no propiciar la interacción con los estudiantes.

Al margen de acertar con lo anterior, te dejamos unos consejos sobre cómo mejorar un curso virtual.

¡Toma nota!

Recopilar información sobre el curso

Como comentábamos, las opiniones de los alumnos son decisivas para evaluar y refinar un curso.

Por suerte, hay muchas formas de averiguar si la instrucción, contenidos, métodos y tecnologías empleadas son bien recibidas.

Podemos recoger información mediante cuestionarios o encuestas y haciendo sesiones en vivo por videoconferencia o en foros. Incluso usar la mensajería interna para tratar con ellos de forma individual y encontrar sugerencias de mejora.

En realidad, cada participante de la formación puede contribuir en la mejora del curso. Los profesores o tutores, sin ir más lejos, presencian de primera mano cómo los alumnos interactúan con el contenido y las dificultades que enfrentan.

Analizar el desempeño

Otra estrategia sobre cómo mejorar un curso virtual es analizar el desempeño con ayuda de las herramientas de análisis.

La plataforma puede aportar informes exhaustivos con los que estudiar el grado de satisfacción, puntos fuertes y débiles, tasas de finalización y las áreas donde los alumnos encuentran dificultades.
Habría que revisar toda la información disponible para entender su efectividad y tomar decisiones al respecto.

Actualizar el contenido

Los avances tecnológicos, cambios en la industria, actualización de currículos… hay muchos factores que hacen imperativa la necesidad de actualizar los materiales.

Cuando vayamos a crear el contenido de un curso e-learning, hay que considerar que sea relevante, muy visual, interactivo y que esté bien estructurado por temas o módulos. En todo momento ha de mantener al alumnado motivado y con ganas de aprender.

Por consiguiente, debemos diversificar los formatos, incorporando infografías, presentaciones, videotutoriales, materiales con audio, entre otros, y una amplia oferta de actividades.

Y ojo, porque la multimedia solo va a favorecer la comprensión de conceptos complejos y mantener el interés de los estudiantes durante todo el curso si atiende a unos estándares de calidad. Por tanto, a la hora de hacer vídeos será imprescindible contar con una buena cámara y un micro en condiciones.

En “Cómo hacer vídeos tutoriales infalibles para clases online” te ofrecemos una guía sobre cómo producir vídeos 100% efectivos.

Con respecto a los recursos de audio, lo mismo. Hay que cuidar aspectos como el ruido, eco y cualquier elemento que perturbe la atención.

Luego, en relación con las actividades, hacer que sean visuales, variadas y no excesivamente largas. Después, formular ejercicios de tipo test autocorregibles, para que el alumno pueda controlar de forma autónoma cómo evoluciona.

Elaborar un contenido fácil de asimilar, fresco y diverso despertará el interés y mejorará la experiencia de aprendizaje.

Eso sí, antes de lanzarnos a la creación, hay que comprobar que la plataforma permite subir contenidos multiformato y autoriza la integración con proveedores de contenidos externos.

Fomentar clases dinámicas y participativas

De igual forma, dentro de las actividades a planear para mejorar un curso virtual están aquellas destinadas a promover la interacción entre los alumnos y el profesor.

Los foros de debate, las dinámicas de grupo o las tareas en equipo son alternativas que, a la par de fortalecer la comprensión, brindan sensación de comunidad.

Aún son muchos los cursos que se limitan a dar clases por videoconferencia, soltar el rollo, cuatro ejercicios y una evaluación final. ¡Con la cantidad de instrumentos que hay para hacerlos más amenos y digeribles! Esto, lejos de ser la mejor forma de enseñar, va a conseguir que los alumnos caigan en la soledad y desmotivación más absoluta.

Y, por si fuera poco, el máximo inconveniente de limitarse a impartir las clases con esta dinámica es que ata a los estudiantes a un calendario con unos horarios concretos de asistencia, hándicap completamente opuesto a lo que buscan muchos.

En efecto, la videoconferencia es necesaria, pero hay muchas técnicas para amenizar la formación a distancia y estimular el rol activo y colaborativo del alumno.

Personalizar el aprendizaje y avivar la motivación

Aunque es altamente complicado adecuar la enseñanza a las necesidades individuales al enfrentarnos a un grupo, podemos abordar este desafío haciendo un análisis minucioso de los alumnos.

Siempre que conozcamos qué quieren aprender, por qué, cuándo y cómo, estaremos en condiciones de desarrollar recursos didácticos adaptados a ellos y planear un enfoque más efectivo. Esto significa, por ejemplo, ofrecer un impulso extra a quienes lo necesiten o proporcionar material adicional a aquellos que quieran profundizar en el tema de estudio, entre otras acciones.

Igualmente, es fundamental dar seguimiento y feedback individualizado, además de para extraer información sobre cómo mejorar el curso virtual, para mantenernos cercanos con los alumnos. Una retroalimentación oportuna les ayudará a tomar consciencia de su progreso, a seguir un rumbo constructivo y les motivará a continuar mejorando.

Asimismo, es esencial incentivar la comunicación y participación activa, ofreciendo un aprendizaje afín a sus tiempos y ritmos de estudio.

Diversificar las evaluaciones

Otra estrategia para mejorar un curso en línea es hacer evaluaciones que atiendan a las diferentes necesidades de los cursos y estudiantes.

En muchas ocasiones, va a ser necesario evaluar la comprensión conceptual y, para tal fin, encontramos los cuestionarios o test, bien con preguntas de opción múltiple, verdadero/falso o respuestas cortas.

Del mismo modo, están los exámenes o trabajos donde los alumnos pueden explayarse y ser más reflexivos, o las presentaciones con un carácter más práctico y aplicado.

También, hay que contemplar evaluaciones en las que pueda dar cumplimiento a lo aprendido en un contexto experimental.

Por ejemplo, casos de estudio, simulaciones virtuales y otras tareas inmersivas en entornos aparentemente reales con las que verificar las habilidades y conocimientos adquiridos. Estas actividades suelen usarse más en programas de formación técnica, profesional y en la formación interna de las empresas.

Adicionalmente, motivar el aprendizaje autónomo a través de autoevaluaciones que permitan a los estudiantes reforzar sus conocimientos y medir su progreso de manera independiente.

Facilitar la navegación y el estudio en la plataforma

No cabe duda de que el curso tiene que estar bien estructurado para facilitar la navegación en el campus. Al organizar el contenido en secciones o módulos, los alumnos pueden acceder a la información de forma ordenada y confortable.

A su vez, hay que acomodar las clases a los ritmos y preferencias de aprendizaje y ofrecer opciones para que los alumnos puedan estudiar en tiempo real o de forma asincrónica. La flexibilidad en el ritmo de aprendizaje puede crear una experiencia inclusiva y mejorar los resultados.

Por otra parte, debemos considerar los miedos que tienen muchos alumnos al estudiar online. Uno bastante frecuente, más en individuos poco hábiles con la tecnología, es el temor a usar una plataforma de e-learning. Por eso, es primordial que sea sencilla y puedan utilizarla sin manuales ni conocimientos previos.

Casi mejor evitarles de entrada las complicaciones y que puedan acceder y moverse por el campus sin ayuda técnica ni nada parecido.

Realizar pruebas piloto

Nuestro último consejo sobre cómo mejorar un curso virtual es probarlo antes de lanzar las actualizaciones a gran escala.

Por ende, tendría sentido efectuar una prueba piloto con un grupo pequeño de estudiantes para identificar posibles problemas y ajustar el contenido en consecuencia.

Estas son algunas estrategias sobre cómo mejorar un curso virtual y los profesionales que pueden contribuir a ello. Recuerda, su calidad va a depender del equilibrio perfecto entre el aspecto técnico, académico y emocional.

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