La netiqueta en clases virtuales: ¿qué es y por qué es importante?

La netiqueta en clases virtuales: ¿qué es y por qué es importante?
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A día de hoy, y sin la menor duda, la netiqueta en clases virtuales se ha vuelto más relevante que nunca.

Seguro que ya te has enfrentado a situaciones en la que algunos estudiantes llegan tarde a la sesión virtual, no encienden la cámara, dedican la clase a otras cosas y, para colmo, la interrumpen para divagar sobre temas irrelevantes o compartir contenido inapropiado.

También, aparte de ese pasotismo máximo, habrás observado la falta de empatía, colaboración y respeto por los demás. Y, en algunos casos, comportamientos idos de madre y causantes de verdaderos conflictos, especialmente cuando utilizan un lenguaje ofensivo en las conversaciones del chat o hacen comentarios incendiarios y provocativos en los foros.

Pues bien, todas estas conductas tóxicas y ‘normalizadas’, son opuestas a las normas de convivencia digital y están contraindicadas si lo que queremos es crear un ambiente respetuoso y constructivo en el que los estudiantes puedan participar y aprender.

Con el objetivo de fomentar tal atmósfera y armonía, en este post abordaremos el tema de la netiqueta en clases virtuales.

Así, en lugar de limitarnos a las 10 normas de netiqueta básicas que encontrarás en cualquier sitio de internet, sin ir más lejos en Netiquette, el libro de Virginia Shea, pondremos el foco en las normas de convivencia en el aula virtual que, tanto alumnos como docentes han de seguir en su calidad de ‘personas’.

¿Qué es la netiqueta? ¡Arriba las buenas e-maneras!

¿Qué es la netiqueta? ¡Arriba las buenas e-maneras!

Como en cualquier otra actividad, existen una serie de normas de comportamiento que todos debemos seguir para convivir de forma ‘saludable’.

Es como conducir en una carretera con otros conductores. Para evitar accidentes y mantener el flujo del tráfico, es necesario conocer y respetar las señales y seguir las reglas de cortesía.

Al igual que el conductor, en un curso en línea, es elemental que estudiantes y docentes sigan unas reglas que forjen un clima de aprendizaje positivo y significativo.

Precisamente, estas normas de convivencia digital es lo que conocemos como “netiqueta”.

Si analizas el término, verás que viene de la construcción de “internet (net)” y “etiqueta”.

En esencia, las netiquetas se refieren a esas pautas o reglas, por cierto, de puro sentido común, que debemos seguir para comportarnos correctamente al comunicarnos online.

Más allá de las 10 reglas de netiqueta básicas

A continuación, vamos a hablar de las normas de netiqueta en clases virtuales. Es decir, aquellas que deben seguirse en los entornos de aprendizaje a distancia.

Si bien han sido desarrolladas a través de la experiencia y la investigación en el ámbito de la educación online, pueden variar según el contexto específico de cada curso y la plataforma elearning empleada.

Normas de netiqueta en clases virtuales

Inspirar armonía a través del respeto

Inspirar armonía a través del respeto

El respeto es la netiqueta en clases virtuales número uno, pues de este surgen otras habilidades y comportamientos, como la empatía, la comprensión, la colaboración y muchas más, esenciales para la vida en el aula.

Por tanto, profesores y alumnos han de trabajar juntos en pro de un espacio de consideración y cooperación, donde todos puedan sentirse seguros, capaces y cómodos.

¿Qué debe hacer el profesor?

Para tal fin, desde el inicio del curso online, el docente tiene que establecer unas normas de clases virtuales sobre comportamiento y respeto. Y, además, dar ejemplo de conducta positiva.

En todo momento debe esforzarse por escuchar a los estudiantes, ofrecer feedback de calidad, respetar sus ideas y fomentar la participación en las discusiones y actividades llevadas a cabo durante la formación.

¿Y los alumnos?

Por otra parte, los estudiantes deben respetar a sus compañeros y al profesor virtual, colaborar en los trabajos en equipo y ser ‘correctos’ a la hora de expresar sus opiniones.

Desde luego, esto pasa por evitar la confrontación y el lenguaje ofensivo o inapropiado en las interacciones que lleven a cabo a través de las herramientas de comunicación de la plataforma elearning (chat, foro, etc.).

Hay miles de ejemplos de netiqueta para este caso, como que un estudiante espere a que el profesor termine de hablar y después pida la palabra. Con algo tan simple, está mostrando respeto por el tiempo del profesor y de los demás estudiantes, y preservando el orden requerido en clase.

Usar el lenguaje con sabiduría

Usar el lenguaje con sabiduría

A colación con la anterior, el lenguaje es crítico para una buena relación alumno-profesor. Y, para cumplir a rajatabla con esta netiqueta en clases virtuales, ambos eslabones tienen que ser conscientes del poder de las palabras y utilizarlas con inteligencia.

¿Qué debe hacer el profesor?

Para empezar, el docente tiene que elegir de manera escrupulosa las palabras que utiliza, controlando de ser preciso y conciso al entregar el conocimiento.

A tal efecto, lo adecuado sería evitar usar palabras de dudoso entendimiento y ser sensible a las diferencias culturales.

Por ejemplo, escapar de jergas o frases idiomáticas que no sean universales o comunes en todos los países y no emplear acrónimos que no hayan sido explicados o sean desconocidos por la mayoría de los estudiantes.

¿Y los alumnos?

Al mismo tiempo, el alumnado debe expresarse evitando la palabrería y las frases confusas que puedan llevar a equívocos. Y, claro está, dejando fuera las burlas o los comentarios despectivos.

Para aplicar estas normas de convivencia digital, a su vez, tendrán que cuidar la ortografía y la redacción, como por ejemplo prescindir de las agresivas mayúsculas, consideradas gritos en la escritura online.

Y tampoco va a estar de más recordarles eso de que antes de escribir, siempre hay que pensar. Las palabras se las lleva el viento, lo escrito no.

Utilizar un tono de voz amable y positivo

Netiqueta en clases virtuales: utilizar un tono de voz amable y positivo

Ser amable, comprensivo, y precavido para no ofender o herir a alguien, tiene mucho que ver con el tono de voz que usemos. Porque sí puede haber una palabra mal dicha y no malentendida.

¿Qué debe hacer el profesor?

Atiende a este ejemplo:

“Pedro, veo que estás teniendo dificultades para entender este tema. ¿Podemos hacer una tutoría después de clase para ver cómo puedo ayudarte?”.

Si este mensaje, que en sí mismo no es nada negativo, el profesor lo transmite en un tono condescendiente o paternalista, el alumno podría sentirse ofendido o subestimado. En cambio, si es amable, respetuoso, incluso empático, lo recibirá con agrado.

El docente debe emplear un tono cercano y alentador en todas las interacciones en línea, incluyendo correos electrónicos, mensajes en foros y chats.

Y bajo ningún motivo puede abusar de su autoridad, sino hallar el equilibrio entre ser cordial y mantener un comportamiento profesional y ético en cualquier circunstancia.

¿Y los alumnos?

Un poco más de lo mismo. De vuelta al sentido común.

Da igual si se da una situación de desacuerdo o conflicto, el estudiante debe usar un tono de voz que escape de la agresividad y el sarcasmo para no generar discordia, malas interpretaciones ni entorpecer el desarrollo de la clase.

Minimizar las interrupciones y distracciones

Netiqueta en clases virtuales: minimizar las interrupciones y distracciones

Como sabes, el ruido ambiental desde el que nos conectamos puede colarse en nuestras comunicaciones. La televisión, los niños, la obra del vecino… Hay muchas interferencias que, a la par de proyectar una mala imagen, molestan y reducen la atención al estudiar online.

¿Qué debe hacer el profesor?

Ante todo, abordar la netiqueta en las videoconferencias desde el inicio del curso.

Si la conexión se realiza en un lugar tranquilo y silencioso, transmitirá una impresión favorable y los ayudará a concentrarse para estudiar mejor.

Una manera de combatir muchos imprevistos y perturbaciones es preparar la clase, los materiales a emplear y el escenario de antemano.

¿Y los alumnos?

Para respetar esta netiqueta en clases virtuales, los estudiantes deben actuar de modo semejante, haciendo todo lo posible por huir de las distracciones durante las clases.

Nos referimos a tener una conexión a internet fluida, probar el audio y la cámara antes de la reunión, localizar un sitio libre de ruidos para participar en la sesión, apagar el móvil, silenciar el micro y cerrar las ventanas del navegador que no van a usarse.

Promover la puntualidad en las clases virtuales

Promover la puntualidad en las clases virtuales

Las clases en directo deben comenzar y finalizar a una hora exacta. Y desde el primero hasta el último tienen que estar ahí con tiempo suficiente y todo preparado.

¿Qué debe hacer el profesor?

En el momento de realizar una clase por videoconferencia, es imperativo estar en línea, con el material listo, un rato antes de que comience la sesión. De esta forma, podrá recibir a los estudiantes y ayudarlos a acceder, en caso de que tengan problemas.

Al respecto, debe educar al alumnado en llegar en hora a las sesiones y comenzar y terminar según lo programado. De ahí que haya que establecer horarios concretos y compartir la agenda con los estudiantes cuanto antes.

¿Y los alumnos?

Esta netiqueta en clases virtuales también es para los estudiantes. Esto es, deben conectar con tiempo.

Así, podrán verificar su calidad de conexión a internet, configurar aquello que pueda hacerles falta y, de surgir algún problema técnico, comunicarlo al profesor o solventarlo sin entorpecer la clase.

Comunicar las ideas de forma efectiva

Netiqueta en clases virtuales: comunicar las ideas de forma efectiva

“Breve y al grano” son las palabras que resumen esta netiqueta en clases virtuales. Una regla a la que deben dar cumplimiento ambas partes por igual.

¿Qué debe hacer el profesor?

Aclarar la información con ejemplos, sí; hacer pausas para que los estudiantes puedan procesar la información, también; lanzar preguntas para ver si se están enterando, por supuesto. Pero nada de irse por la tangente y enrollarse como una persiana.

En la misma medida que es necesario que el docente se comunique de modo contundente, como venimos comentando, es fundamental que las exposiciones y presentaciones del contenido, más si es denso o engorroso, sean ligeras y fáciles de digerir.

Por esta razón, es conveniente apoyarse en herramientas visuales, como presentaciones en PowerPoint o pizarras digitales, que ayuden a los aprendices a asimilar mejor los conceptos.

¿Y los alumnos?

En cuanto a los alumnos, es primordial que presten atención a las clases y participen, comentando cualquier duda que puedan tener.

Todo ello, siempre y cuando las intervenciones sean respetuosas, se haga lo imposible porque el resto de compañeros los entiendan y tras finalizar el alegato de quien esté hablando.

Escuchar para aprender

Netiqueta en clases virtuales: escuchar para aprender

Como acabamos de mencionar, en una clase en vivo siempre hay que esperar el turno para hablar.

Al estar en silencio, atendiendo ‘de verdad’ a un orador, se escucha para comprender y no para responder.

¿Qué debe hacer el profesor?

Sin lugar a dudas, para adoptar esta netiqueta en clases virtuales, el docente debe prestar atención a las preguntas y preocupaciones de los alumnos sin interrumpirlos o juzgarlos.

Una técnica que suele usarse para asegurarse de haber entendido a los estudiantes es resumir y parafrasear lo que dicen. También, pueden formularse preguntas con las que evaluar la comprensión de la materia, dar retroalimentación positiva y ajustar la enseñanza a sus necesidades y expectativas.

¿Y los alumnos?

Los aprendices tienen que ser todo oídos y estar abiertos a la crítica y a aprender de los demás, así como a involucrarse con actitud y ganas en las conversaciones cuando el profesor les dé la palabra.

En caso de estar conectados por el chat o foro, respetando el turno y, de tenerlo, tratando de no monopolizar la conversación.

Participar para maximizar el aprendizaje

Netiqueta en clases virtuales: participar activamente para maximizar el aprendizaje

Como ves, todas las normas de convivencia para clases virtuales están relacionadas. Se escucha, se espera la palabra… y se interviene de buena manera.

Este es el proceso que propicia un clima equitativo y constructivo.

Los foros, chats o videoconferencias son herramientas que, usadas con cabeza, consiguen dinamizar un curso de formación online y maximizar los beneficios del aprendizaje.

¿Qué debe hacer el profesor?

Una de las funciones del profesor en e-learning, tiene que ser la de avivar la participación, animar a los estudiantes a compartir sus ideas, a hacer preguntas y a unirse en las discusiones.

Además, el docente debe tener tacto y atender a las demandas y habilidades individuales de cada aprendiz.

¿Y los alumnos?

Por otro lado, los estudiantes deben estar abiertos a compartir sus ideas, a hacer preguntas y a colaborar con otros con sus aportaciones.

Pongamos por caso que un alumno se encuentra atascado en un problema y, en vez de buscar la respuesta en Google o en ChatGPT, decide compartir su duda en el foro. Si los compañeros, con sus sugerencias y opiniones, lo ayudan a comprender mejor el problema y a dar con una solución, no solo aprenderá más, sino que el aprendizaje de los demás se verá enriquecido.

Construir relaciones de colaboración y tolerancia

Netiqueta en clases virtuales: construir relaciones de colaboración y tolerancia

Cada persona es única y posee características, cualidades, habilidades y estilos de aprendizaje distintos.

En este sentido, la paciencia y la madurez emocional serán los grandes pilares de esta netiqueta en clases virtuales.

La primera, para percatarse de esos ritmos y formas de aprendizaje que tienen los alumnos y, en consecuencia, dejarlos estudiar a su manera. Y, la segunda, para no consentir que las diferencias obstaculicen la colaboración, sino que sirvan para buscar soluciones que permitan avanzar en equipo hacia el objetivo común.

¿Qué debe hacer el profesor?

Aquí el docente necesita procurar un espacio seguro y privado en el que los alumnos se sientan cómodos y tengan ganas de trabajar en equipo.

Después, promover actividades en grupo y hacerles saber que cada una de sus aportaciones será tenida en cuenta, pues el éxito de la tarea va a depender de la sinergia de todas las partes.

¿Y si surgieran problemas o conflictos entre los estudiantes durante el ejercicio? El profesor tendría que intervenir, guiarlos en la resolución y hacer una reflexión final en la que discutan los desafíos y lo aprendido al trabajar juntos.

¿Y los alumnos?

Imagina que, durante una sesión de videoconferencia, un estudiante hace una pregunta y otro se burla de él por encontrarla banal.

El alumno se sentirá humillado, desmotivado y puede que hasta quiera retirarse de la discusión. Encima, el resto de la clase no suelta prenda, por lo que el sentimiento de exclusión y fracaso se dispara.

En este caso, no se respeta la netiqueta en clases virtuales. Lo ideal habría sido que algún compañero hubiera intervenido tratando de reconfortarlo con un comentario tipo “Esa es una buena pregunta” o “yo también tenía dudas sobre ese tema”.

Proteger la privacidad

Proteger la privacidad, una netiqueta en clases virtuales

Del mismo modo, hay normas para las clases virtuales referentes a la privacidad, pues la información del alumnado debe salvaguardarse y sería inexcusable realizar cualquier tipo de divulgación.

¿Qué debe hacer el profesor?

A fin de respetar la privacidad del alumno, el formador debe tener cuidado de no compartir ni un solo dato sin su consentimiento, como su nombre, dirección o e-mail, y establecer medidas de seguridad que eviten la filtración.

Asimismo, al margen de fijar unas políticas claras, sería aconsejable que el docente diese orientaciones a los estudiantes sobre cómo pueden proteger su propia privacidad en línea.

¿Y los alumnos?

Como comentábamos, hay que brindarles las directrices para que sean conocedores de los riesgos que conlleva compartir información personal y de otros.

Tal cautela es extrapolable a otras acciones que suelen hacer en línea, como los clics en enlaces desconocidos o la descarga de archivos de webs poco fidedignas. Estas prácticas aumentan las probabilidades de encontrar un malware o virus que pueda afectar al dispositivo o comprometer su información personal.

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